La hermana Ángela Mabazo, fmmdp, comparte un breve relato de su experiencia de la formación sobre Realidad Amazónica, que realiza la Universidad Católica Amazónica (Manaus) para los misioneros y misioneras que llegan a compartir la vida en esta bella y enigmática tierra.
Luego del encuentro y presentación, profundizamos en los diversos temas que llenaron nuestros días. Hay que reconocer que sus contenidos estaban absolutamente todos relacionados y creemos que, aun sin intencionalidad, algunos tocaron temas que otros ya habíamos discutido.
Fueron días muy intensos, en cantidad y calidad. Nuestros ojos no alcanzaron para ver y leer los abundantes materiales, artículos, videos, etc. Aun así, creemos que lo más facilitador –para nosotros– fueron aquellos matices de la Amazonia que influyeron en nuestra experiencia. Por tanto, no podemos decir que todo fuera racional.
La secuencia de actividades de los días 30 y 31, donde el asesor nos dirigió hacia “Una Espiritualidad Amazónica”, vino a ayudarnos la mañana del día siguiente sensibilizando nuestro cuerpo, interactuando con los elementos fundacionales de los sabores de la tierra y sus olores. La sincronicidad de la cadencia colectiva de la danza ritual ayudó al grupo a involucrar sus cuerpos en la espiritualidad amazónica. El espíritu de la Amazonía tocó nuestra alma y nos dejamos tocar por él.
Otro aspecto a destacar fue la convivencia con hermanas y hermanos llegados de diferentes lugares, en esta casa de formación. Nuestros diversos universos culturales enriquecieron al colectivo, a través del intercambio de conocimientos, brindando oportunidades a través de las dinámicas ofrecidas, la alegría de entregarse para comprender al otro que llega, abierto, a comprender esta tierra con su gente.
Durante el fin de semana, “Cidade de Deus” fue el lugar que nos ayudó a ampliar nuestra perspectiva a través de experiencias, ampliando nuestro corazón para comprender el dolor y el sufrimiento de un pueblo separado de sus raíces.
Los diferentes encuentros que vivimos fueron la puerta a través de la cual marcamos nuestra historia en la Amazonía, la enriquecimos, la ampliamos… es imposible expresar con palabras la experiencia vivida, podríamos correr el riesgo de quedar en una anécdota superficial sin dar nombres a los movimientos internos de nuestro corazón. Allí, en el corazón, viven las miradas, las sonrisas, las conexiones, el encuentro de vulnerabilidades que nos transforma. Aunque se repita, la palabra más correcta para estos días es ¡gracias!
Destacamos también los aspectos de la acogida que nos dieron. El personal de la casa, comprometido con ofrecer lo mejor para que todo funcione a la perfección, demostró conocimiento de las actividades que guían este espacio de capacitación.
En las ponencias se destacó la presencia de mujeres, que nos ayudaron en estos intensos días, demostrando un importante dominio de los contenidos. La amabilidad de la coordinadora, profesora Elisângela, guió el conjunto de actividades. Las obras del Centro de Formación brindaron la oportunidad a los participantes del curso de ocupar los espacios de la Facultad Católica de Manaos, haciendo comprender a todos el papel de la misma en las acciones de formación de la Arquidiócesis, cuyo coordinadora, el prof. Elisângela, dirige la organización con dedicación exclusiva a las actividades del curso sobre Realidad Amazónica.
También fue importante la dinámica de los grupos, divididos al inicio de las actividades. Simplificaron las actividades, destacando los momentos en los que oramos juntos. Fueron ricos en simbolismo, con la preocupación de hacer de los temas tratados, material básico para nuestra oración contemplativa de la realidad que de ahora en adelante será nuestra vida diaria.
Queremos finalizar con la letra, tomada prestada, de la canción “Comunhão da Terra” (Raízes Caboclas) que expresa el deseo de nuestros corazones, en esta hermosa tierra amazónica.