Las hermanas presentes en esta nueva Fundación, junto con nuestros amigos, bienhechores, jóvenes y personas con las que compartimos la vida, celebramos con gozo la Eucarística en acción de gracias por nuestra Madre Fundadora María Ana Mogas, en la Iglesia “San Juan Bautista”– centro de nuestra Área Misionera.

Nuestra celebración estuvo cargada de signos y gestos significativos. En la procesión de entrada nos acompañaron:

  • Un niño, en representación de todos los niños de nuestra área misionera y de nuestra espiritualidad franciscana, quienes evidencian la inocencia, humildad y sencillez.
  • Un joven, que participa de la formación “Casa Aberta”, que ofrecemos en nuestra casa todos los cuartos domingos de cada mes.
  • Dos migrantes, a quienes acompañamos en los Abrigos en su lucha por la vida y para conseguir un espacio digno y estable en Brasil.

En la homilía, una hermana compartió de manera sencilla y humilde la vida, vocación y misión de nuestra Madre Fundadora. Hizo una síntesis de las presencias en las diferentes instituciones en donde las hermanas prestamos nuestro servicio misionero en Caridad Verdadera en Boa Vista: abrigos, Servicio Jesuita para Migrantes y Refugiados, Agencia de la ONU para Refugiados (ACNUR), Cáritas Diocesana de Roraima: en el área de la Pastoral del Migrante, Operación Acogida del Ejército de Brasil (con quienes trabajamos de la mano) y hermanas Misioneras de la Caridad de la Madre Teresa de Calcuta.

La mayoría de estas organizaciones nos acompañaron en la Eucarística de acción de gracias por los 23 años de beatificación de nuestra Madre Fundadora. Todos ellos y ellas van siendo aquí, nuestra Familia Carismática.

Por otra parte, la hermana explicó un cuadro que fue pintado por una persona del abrigo que ya viajó a otro Estado de Brasil. En este cuadro encontramos Un ojo que llora. En el fondo de la pupila se observan los colores de la bandera venezolana. Lo que nos hace entender que tiene una identidad, una historia compartida, que se encuentra en la lucha por acoger su dolor y seguir para adelante, tratando siempre se mantener la esperanza y poder conseguir un espacio dentro de la sociedad brasileira, ser acogido minimizando los prejuicios y estereotipos hacia el migrante.

Al terminar la misa, tuvimos un compartir sencillo con todas las personas que nos acompañaron en la celebración.

Agradecemos al Señor y a María Divina Pastora, por haber hecho posible esta celebración, primer año de nuestra presencia aquí. Continuaremos tejiendo nuestra Familia Carismática en sus distintas vocaciones. No nos falta ánimo y coraje.

Que Francisco y María Ana nos conduzcan a las fuentes de nuestra vida y misión, para recrear con audacia nuestro Carisma Vivo.

¡Un abrazo grande, querida Familia!

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Celebración del día de la Familia Carismática