José María Arnaiz, sm. Así la Vida Consagrada se encontrará con mujeres. Las dos están embarazadas y de un modo increíble; a la una se le nota más que a la otra. Las dos con maridos ausentes y un poco escépticos. Zacarías ha quedado mudo y José está sorpresivamente interpelado. Las dos esperan hijos muy especiales; sienten que llevan en sus senos una novedad que las supera. Las dos tienen “un cuerpo bendecido” y un vientre fecundado, signo y realidad de la acción de un Dios que es vida. La escena presentada por Lucas nos deja en la agradable y desafiante compañía de María y de Isabel.

1. La Vida Consagrada en Ain Karim, en la Visitación

Estas dos mujeres llevan a la VC al encuentro con la vida. La vida cotidiana de l@s religios@s (…) está necesitada de la compañía de María e Isabel. Precisa aprender de su saludo, mensaje, abrazo, comunicación para vivir una etapa alternativa de su historia. Revivir la Visitación de María y compartir con estas dos grandes creyentes nos hará mucho bien; ayudará a la VC a vivir proféticamente.

Ver cómo María ha salido de su casa y emprendido aprisa un viaje; viaje que es metáfora de todos los viajes de la vida misma. La mueve un gran proyecto que viene de lo alto. Así muestra que no se puede existir sin misterio, sin pasión; que no se vive solo de pan sino también de las palabras de un ángel; que el misterio nos deslumbra, supera y dinamiza. ¡Qué maravillosa la fuerza vital de María! Esta joven mujer es libre como un pájaro en el aire, como un lirio que recibe el polen cuando sopla el viento. Es linda esta capacidad de María para vivir la vida como si fuese una germinación continua y saberse pozo de aguas que fecundarán muchos campos.

En Isabel admira cómo se conjuga el asombro por una maternidad inesperada con el vuelo y la acción del Espíritu actuando sobre su esterilidad. Su asombro y exaltación se hacen eco con la alegría y la danza de la criatura que lleva en sus entrañas. Isabel, la mayor, se arrodilla ante María, la joven. Las dos son portadoras de misterio; están profundamente conmocionadas. En ellas todo es sorpresa, asombro y hasta se da una buena parte de turbación. Contemplarlas es como hacer una lectio divina a dos voces en la que o más valioso será la atenta escucha, el agradecimiento y la alabanza que después nos llevarán a más amar y mejor servir.

La escena conmueve y debe conmover a la VC. Contagia gozo; y un triple gozo y alegría: la del encontrarse, la del creer y la del servir. Alegría fecunda ya que está ligada a dos nacimientos que van a cambiar la historia de su pueblo y de la humanidad. Esa historia comenzará transformando a los protagonistas de la misma: Isabel, Juan y Zacarías y María, Jesús y José. Este relato está inspirado en el traslado del arca de la alianza a Jerusalén (2 Sm 6). El arca de la alianza era un cofre de maderas preciosas y de oro fino que guardaba las tablas de la antigua alianza (Ex 25, 10-22). María es ahora la nueva arca que lleva a Jesús, la nueva alianza de Dios con la humanidad.

En esta escena, Dios mismo se filtra en lo cotidiano y en lo que socialmente no cuenta mayormente como sería la vida diaria de las dos mujeres: María e Isabel. Se quebranta también así la centralidad del templo. Se festejan las maravillas del Señor en un lugar sencillo, en un rincón, un camino y en una casa de familia sencilla. Lo maravilloso y extraordinario tiene lugar en lo ordinario y humilde. Ahí se celebra la vida llegada y por llegar. Las protagonistas de la ceremonia son dos sencillas mujeres.

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