La cultura del cuidado como camino de paz es el título de la LIV Jornada Mundial de la Paz, celebrada el primer día de 2021.

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La cultura del cuidado tiene sus raíces en las primeras páginas del Antiguo Testamento cuando el Creador confía el cuidado de la creación al ser humano. El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob encomienda a su pueblo el cuidado del emigrante, del huérfano y de la viuda. También, la denuncia de los profetas por los pecados contra la viuda, el huérfano y el migrante va a ser motivo de su martirio.
La cultura del cuidado comienza en los Evangelios, cuando Dios confía el cuidado de su hijo a una mujer, María. Poco nos podíamos imaginar que la alianza definitiva entre Dios y la humanidad iba a nacer cuando el Creador confía a su hijo a una madre.
De igual modo José, el esposo de María, es ejemplo de cultura del cuidado. Por ser justo y cuidar a Jesús huyó a Egipto y por cuidar a Jesús se estableció en Nazareth de Galilea.
Jesús es el mejor ejemplo de esta cultura de cuidado. Atiende a quien le necesita, sin prestar oídos a otras consideraciones. Por eso Jesús no podía poner como ejemplo en la parábola del samaritano ni al levita ni al sacerdote cuyas prioridades muy religiosas eran distintas a las que ya había fijado el Dios de Abraham, Isaac y Jacob: la viuda, el huérfano y el emigrante.
La cultura del cuidado forma parte de nuestra tradición histórica. Sin embargo, estamos demasiado lejos de que el árbol de la cultura del cuidado, a pesar de la profundidad de sus raíces, alcance el tamaño que requiere la dignidad humana. Por eso, es oportuno el mensaje del papa Francisco que nos señala un horizonte moral que demanda nuestra acción.
La cultura del cuidado es una cultura que aúna sostenibilidad económica con sostenibilidad social y sostenibilidad ambiental. Es una cultura para fomentar nuestra responsabilidad personal y el empoderamiento de las personas más vulnerables.
Alcanza el cuidado de la casa común: comprende la lucha contra la pobreza, la lucha por la biodiversidad, por las energías renovables, por la custodia adecuada del agua, por la gestión correcta de los residuos y por la salud pública.
La cultura del cuidado precisa nuestro compromiso personal, eclesial y público.
Fuente: juspax-es.org
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Hacia una cultura del cuidado. Oración para la Jornada Mundial de la Paz