Aún bajo los ecos de la celebración del aniversario de la Beatificación de nuestra Madre Fundadora y como un arco que se extiende, nos sorprende la celebración de los 90 años de la llegada de las primeras hermanas Franciscanas Misioneras de la Madre del Divino Pastor a la Argentina. Momento para recordar agradecidas nuestra presencia y la presencia de nuestro carisma en la Región de América Latina.

Es una historia, en la cual, el carisma y la espiritualidad de nuestro Instituto fueron introduciéndose en el Continente, como voz de esperanza para esta Iglesia y esta cultura, que sueñan con un futuro esperanzador.

Hacer memoria, hoy, es contemplar la semilla lanzada y que vemos multiplicada “ciento por uno…”. Es descubrir las raíces de nuestra identidad, como una red, extendida en el pasado y que se pierde en el horizonte del futuro, siempre nuevo… Es continuar con renovado entusiasmo y entrega, si fuera posible, construyendo una historia común, compartiendo sueños y temores, entusiasmos y proyectos que continúan estimulándonos.

Me atrevo en este momento a pensar en la pregunta que, sin lugar a dudas, se hicieron nuestras hermanas al llegar:

¿Cómo debe ser nuestro amor a este pueblo, Señor?

La respuesta es clara para antes, para ahora, para el futuro: Si queremos escuchar “el clamor de los pobres”, si queremos darle respuesta, es necesario que nuestro corazón se asemeje al corazón de Cristo, corazón de pobre… “El que era de condición divina, se despojó de su rango, tomando a condición de siervo, asemejándose a los hombres” (Fil 2,6-7), y que vino a “anunciar la Buena Nueva a los pobres, a proclamar la libertad a los cautivos…” (Lc 4,18).

Sin duda ninguna, podemos afirmar qué es lo que procuraron vivir nuestras hermanas en ese tiempo y que hoy continúan aquellas que recibieron su testigo. Han sido años llenos de dedicación y entrega, de intimidad con Cristo y con el pueblo. Años ricos en trabajo y en presencia activa para el bien de todos. Con espíritu de servicio y un gran amor, intentaron e intentan asumir la cultura del pueblo y ayudan a dar una dimensión más profunda al sentido de vivir y esperar.

Con profundo agradecimiento, hoy exclamamos:

Alabado seas, Señor, por el trabajo de evangelización y de promoción humana que en estos 90 años realizó la Congregación a través de tantas hermanas.

Alabado seas, Señor:

  • Por todos los enfermos que sintieron alivio por los cuidados prestados por las hermanas.
  • Por los adultos aconsejados en las difíciles situaciones de la vida.
  • Por los niños y jóvenes acogidos y guiados con cariño para recibir una formación humano-divina.

Alabado seas, Señor, por todas las hermanas que aprendieron nuevas culturas y que fueron humildes y atentas para escuchar y descubrir lo importante y esencial de las personas con quienes convivieron.

Alabado seas, Señor, por los muchos nombres que quedaron grabados en tantas vidas por la amistad, el cariño, el respeto, el apoyo, por la presencia constante en momentos fáciles y difíciles.

Y…alabado seas, Señor, por las hermanas presentes, hoy en la Región de América Latina, que en la sociedad, en la Iglesia, en la Pastoral, adaptan sus vidas y estructuras para ser las Franciscanas Misioneras de la Madre del Divino Pastor que el Espíritu dirige en el camino por el cual Jesús las envió para decir a todos que Dios les ama, que les quiere como hijos y para ayudarlos a vivir como hermanos que se aman, se apoyan y crecen unidos.

Y porque ellas, hoy, viven el testamento de María Ana, nuestra Fundadora:

“Caridad, caridad verdadera, Amor y  Sacrificio”.

Al cumplirse estos 90 años es tiempo de entonar un TE DEUM de acción de gracias y de pronunciar un SI decidido a la misión por Cristo y por la Iglesia, porque:

La llamada sigue constante:

“Vayan por el mundo entero y anuncien el Evangelio” (Mc 16,15)

Esta llamada pide una respuesta comprometida y generosa:

“Recibieron de gracias, den de gracia” (Mt 10,8)

Pero… siempre con esta certeza:

“Yo estaré con Ustedes hasta el final de los siglos” (Mc 28,20)

Mensaje de la M. Rosario Sánchez, S. General, a las hermanas de la Delegación de Argentina

Haciendo memoria en familia carismática

En el marco de la celebración de la llegada de las primeras hermanas a la Argentina en el año 1931, hemos realizado el Encuentro de Directivos de las escuelas de la Delegación… día de Memoria agradecida, renovando el compromiso y la corresponsabilidad con el Carisma recibido… Días de reflexión e intercambio  elaborando el Plan estratégico 2022-24.

Nos hemos unido al Triduo en preparación al 90° Aniversario y la Memoria de nuestras hermanas mártires desde las escuelas y comunidades de la Región América del Sur.

Galería de FOTOS. Celebración en el Colegio