En la cuarta estación el Tren de la Paz hace una parada técnica. El sistema económico mundial va a tal velocidad que se lleva por delante a quienes no aguantan el ritmo del beneficio y los intereses económicos de unos pocos a costa de la pobreza, injusticia y explotación de otros muchos, y de la Tierra. El Tren de la Paz económico tiene como motor la economía solidaria, partir y repartir para que “todos tengan vida, y la tengan en abundancia”. Lo que anima a este tren es el bien común, la gratuidad, las alternativas que promueven el cuidado y sostenibilidad de la creación, la solidaridad y la justicia.

Nos centramos en las páginas del libro de Xabier Pikaza, (pp.196-207), “El camino de la Paz. Una visión cristiana”, en las que nos habla sobre que la paz no depende solo de la economía, pero sin una nueva economía al servicio de la comunión humana no podrá haber paz sobre la tierra.