Del 3 al 7 de julio la familia carismática de María Ana Mogas tuvo la oportunidad de participar en el camino Santiago online, desde la propuesta realizada por el Equipo de Pastoral Juvenil Vocacional y Misionera.
La peregrinación virtual comenzó el 3 de agosto, día muy significativo para la familia carismática, en que celebramos la pascua de nuestra fundadora. Se inició con un primer momento de conexión virtual para motivar el camino y compartir con todos los peregrinos.
A partir de este día se fueron recorriendo virtualmente las etapas. Cada una estuvo identificada con un valor: la defensa de la vida, la alegría, la paz, la fraternidad, amor y sacrificio…
Todas las etapas tenían una misma estructura: propuesta física, cultural, momento para la reflexión y oración personal, escucha de un testimonio… y alguna sorpresa añadida para los más motivados.
Cada uno de los peregrinos aportó una cantidad simbólica y voluntaria. Todo lo recaudado fue destinado a financiar dos de nuestros proyectos solidarios como Familia FMMDP.
Todos los participantes agradecen al Equipo que organizó y preparó esta creativa iniciativa que ayudó a vivir el camino:
- “Gracias por la experiencia virtual. Ayuda a pararse, a tomar sentido por donde caminas, a marcarte una nueva ruta y a sentir que siempre estás en compañía”.
- “GRACIAS por darnos la oportunidad de recorrer el camino de forma virtual. Ha sido una experiencia enriquecedora y muy necesaria para poder hacer un alto en el camino de nuestra vida, recargarnos de energía positiva y sentirnos partícipes de la obra de María Ana ofreciendo a los demás lo mejor de nosotros mismos”.
- “Gracias a todos los que han participado y hecho posible este camino virtual. Por lo que nos ha ayudado a reflexionar, a rezar dando gracias por todo lo bueno recibido en esta familia carismática y por las explicaciones «culturales» que han sido geniales”.
- “Gracias a todas aquellas personas que han puesto su granito de arena para llevarnos este «camino de Santiago» hasta casa. Ha sido un camino muy gratificante, en los que me he obligado a sacar un ratito para mí, para reflexionar y analizar el camino de mi vida”.
Ahora toca, como en todo camino, asentar lo vivido y experimentado, integrarlo en el día a día y poner en práctica los aprendizajes realizados.