“…y al caer en tierra buena… la semilla dio su fruto…”

Cuando se inició la pandemia en Perú, parecía que no llegaría nunca a Fila Alta… Y llegó con todas sus consecuencias: enfermedad, falta de trabajo, desconcierto, preguntas de los niños, miedo en los ancianos y se acrecentó la necesidad en los más vulnerables.

En una de las reuniones de la AMAM, surgió la pregunta… ¿Qué harían las hermanas?… Nuestras Franciscanas

Ellas desde que vinieron lucharon, se acercaron, trabajaron por los más pobres… por nosotros… y juntos, nosotros el pueblo y ellas logramos muchas cosas: el agua, la luz, el comedor, el dispensario… y nos llenaron con  la Palabra de Dios, nos formaron.

Asumimos la vida desde María Ana y Francisco. Ellos, que sabían de pobreza y sabían de Jesucristo y de María su Madre, la Pastora… con olor a campo, a tierra, a necesidad, a hambre… y todos fuimos hermanos y hermanas, formamos familia, aprendimos a vivir, a compartir, a querernos, a ayudarnos  y defendernos, a vivir en justicia. Y ahora que no están, que se fueron, dejando el Espíritu, el de María Ana y el del hermano Francisco, tenemos que afrontar unidos la necesidad de nuestros hermanos…

Aprendimos a ser unidos, a dar de nuestra necesidad, a trabajar sin escatimar cuanto ni a quien… Es por ello que ahora daremos impulso al comedor de Fila Alta, haremos actividades, daremos al que más necesita, compartiremos el pan con alegría y esperanza… sabiendo que nuestro Padre Dios está con nosotros.

Recordamos que María Ana derramaba por todas partes su generosidad, compartiendo su pobreza con los necesitados, interesándose por toda la miseria de su alrededor. Como ella y como las hermanas nos enseñaron, nosotros viviendo esta pandemia, buscamos a través de la oración y el trabajo unido estar a favor de los pequeños de nuestra tierra.

 “Hoy en nuestras manos su semilla de ayer”

Fraternidad “Hermanos Menores” Fila Alta –  AMAM – PERÚ