Reconocimiento a su labor como educadora de varias generaciones de alumnos del colegio San Francisco durante 54 años.

El día 22 de junio de 2019, en el Colegio de Villagarcía de Arosa, tuvimos una celebración como homenaje a nuestra hermana Rosalina Calvo Díez, mujer sencilla y cercana. Esta celebración tuvo dos partes significativas: La Eucaristía en la parroquia y un vino español en el patio del colegio. La Eucaristía estuvo amenizada por el coro formado por padres, profesores, etc.  dirigido por Socorro Feijoo.

En este merecido homenaje, organizado por la comunidad educativa, antiguas alumnas, padres, hermanas… quisieron reconocer su labor durante 54 años, educando a numerosas generaciones de alumnos del colegio San Francisco. Labor realizada con su presencia discreta, siempre servicial, realizando múltiples tareas de forma callada, anónima, mostrando una energía desbordante, siendo dinámica y comprometida.

Rosalina, profesional de la docencia, se fue ganando el respeto y cariño de todos, hasta ser un referente fundamental de nuestro estilo educativo en que sencillez y entrega se dan de la mano.

En este homenaje se reconocía su trabajo incansable a favor de todos, pero siempre volcada sobre aquellos alumnos más necesitados. Educaba con fe profunda, por eso todos la consideran poseedora de un corazón capaz de amar a todos de forma generosa y gratuita.

De la Eucaristía queremos extraer este ramillete de gracias en boca de las profesoras del Centro:

  • “Gracias por sus manos fuertes y tiernas, que han curado las heridas de los más pequeños, con delicadeza y mimo.
  • Gracias por sus oídos, atentos y despiertos, siempre dispuestos a escuchar a quien lo necesita.
  • Gracias por ser mujer que se ha dado a los demás, sirviendo con total dedicación”.

En todo momento estuvo acompañada por las hermanas de la comunidad y alguna otra venida de otras comunidades que quisieron hacerse presentes en este merecido homenaje.

Gracias, Rosalina, sólo nos brota del corazón dar gracias a Dios por su PALABRA, Palabra con mayúscula, Palabra que llenó e iluminó tantas horas de su vida y su quehacer en este Centro, que encendió, alegró e iluminó su corazón, cuando la tarde ya va de caída.

Hermanas de la comunidad del Colegio de Villagarcía de Arosa

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