El pasado 3 de julio, aniversario del tránsito de María Ana, hice mi segunda renovación de votos en la Vida Consagrada.
Renovación de mí Sí a Dios en castidad pobreza y obediencia. Renovación a optar por la vida. Renovación para tener mirada más curiosa.
Dije sí una vez más sin saber lo que vendrá mañana, porque me he dado cuenta que el sí no es solamente mío. Este sí es de un equipo, del pueblo de Dios. Lo pude confirmar el día 3. Sentí que no estaba sola, sino sostenida por mis hermanos y hermanas, que en su momento les dije que eran cómplices de mi historia de amor.
Muchos dirán que esto es una locura… Pues sí, esa es la idea, vivir con locura porque voy descubriendo en las experiencias buenas y las que no son tanto, cosas que dan chispas de felicidad. Que cuando camino sola me hace reír de mí misma, pero que por otro lado van configurando mi vida a su manera.
Solo me queda cantar con mi vida, GRACIAS POR TODO SEÑOR. Lo hago convencida, aunque no del todo segura, como me lo preguntaron cuando empecé la experiencia, porque el plan de mi historia y mi vida la tiene Dios.
Por todo lo dicho y mucho más que se queda en el corazón, me siento agradecida por todas las bendiciones recibidas por parte de mis hermanos y hermanas y, por tanto, bendecida por Dios.
Gracias hermano, hermana, que lees un trocito de mi experiencia vital y por hacerte partícipe en mi camino en esta nueva etapa.
¡Que Dios os bendiga!
Blanca Scarlet González Sosa