Festival benéfico de LADESOL a favor del proyecto «O amor cura», de Boa Vista.

A veces en horas de dificultad, aparecen los destellos más valiosos del ser humano. El pasado 31 de mayo, en un FESTIVAL BENÉFICO realizado a favor de nuestra comunidad de Boa Vista, (Brasil) se dieron cita un buen número de personas pertenecientes al mundo de la música y del espectáculo.

Un equipo, formado por María, Carmen, Tere, Concha, Ana e Iraida, armonizado por Purificación Alonso, Coordinadora de los Proyectos de la Fundación Ladesol, se puso a soñar con algo que pudiera favorecer a otros mundos rotos por el dolor, a causa de factores innumerables. Poco se imaginaban entonces que iba a cristalizar en una oleada solidaria que se vivió intensamente en la sala de Actos del Colegio Divina Pastora de Santa Engracia.

Personas de lugares bien distintos de Madrid y alrededores: Estrecho, Tetuán, Vallecas, Bellas Vistas, Chamberí, Saconia, Ventas, Alcobendas, Tres Cantos, Alcorcón, Valdezarza, Moncloa, El Pilar, Fuencarral…

Ironías de la vida…. Nos convocaba un campo de Refugiados a miles y miles de kms. Gente pequeña con gran dignidad. Un Proyecto: “O AMOR CURA”. Un leguaje único y entendible: EL AMOR. Un deseo: QUE NADIE TENGA QUE ABANDONAR SU TIERRA POR MOTIVOS DE HAMBRE, INJUSTICIAS…, SI NO ES POR BUSCAR OTROS PARAÍSOS… Todo el evento fue un canto a la vida en todas sus manifestaciones. A los que se juegan esta misma vida en lugares de riesgo y la entregan sin medida, a los que trabajamos, de una manera quizás menos arriesgada, pero igualmente sacrificada, poniendo voz a los silenciados, rostro a los olvidados, persiguiendo una verdad que ayude a desenmarañar las redes de este mundo… En fin, un canto a la vida de TODOS NOSOTROS. Hoy, vamos a hacer un intercambio: Nosotros regalamos generosidad, ellos nos devuelven a cambio humanidad, amplitud de horizontes a este nuestro mundo, a veces tan chato. (Palabras de Puri en la presentación inicial)

Como decía Gandhi, “EN LA VIDA HAY ALGO MÁS IMPORTANTE QUE INCREMENTAR SU VELOCIDAD”. Detuvimos los relojes por tres horas… y disfrutamos a lo grande.

Es casi paradójico que, en este mundo egoísta, de muros y barreras, de exclusiones construidas por decreto, y de identidades levantadas sobre falsas tormentas, a veces un “buen rato” amenizado por gente solidaria que pone su empeño al servicio de los otros, realice un milagro semejante: 3.600,00 €.

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