A pesar que en Perú no es el mes de las flores, en este mes de Mayo no le faltaron flores a nuestra Madre en todos nuestros colegios. Flores literalmente, sí, pero también flores manifestadas en la sencillez, espontaneidad y pureza de nuestros niños, adolescentes y jóvenes, quienes acompañados por sus padres, profesores y hermanas estuvieron todo el mes alabando a María.
Era estimulante ver cada día pasar a una sección o clase a rendir homenaje a María, representada en la imagen de la Divina Pastora, ver la creatividad de los encargados del Área de Pastoral plastificada en el trabajo de cada profesor con sus alumnos y con los padres de familia en muchos casos. Era la Familia Carismática que se hacía presente ante María para alabarla, pedirle, agradecerle y ofrecerse cada uno como verdaderos hijos de tan grande Madre.
Nuestra tradición congregacional, del mes de mayo, ha calado profundamente en todos los lugares donde estamos, y todos se preparan para el mes de mayo, cuyo último día se dedica a la coronación de María, realizada por lo general por los alumnos de la promoción que este año dejarán el colegio camino a la Universidad, se nota en ellos la emoción de lo que significa el último día del mes de mayo en su colegio y coronando a María.
En algunos colegios se recordaron durante el mes las devociones a María de los lugares donde estamos las hermanas. En los distintos países se disfrazan, le cantan canciones del lugar, recitan poesías y le dicen piropos.
Les compartimos algunas fotos de todas estas actividades, como se darán cuenta en algunos lugares donde se puede salir como Quillazú, Oxapampa, la Divina Pastora sale en procesión, por caminos de cemento o de tierra por ahí caminan ellos con su Madre, para que al pasar bendiga también a todos los habitantes del lugar.
Hemos recordado a la Divina Pastora en España por estar ahí la Casa Madre, la Virgen de Luján de Argentina, de Coromoto de Venezuela, Nuestra Señora del Carmen de Chile, Virgen de Copacabana de Bolivia, Fátima de Portugal y Mozambique, la Virgen de África de Benín, la de Máxima en Angola y Nuestra Señora de Aparecida en Brasil. En cada recuerdo no solo se hablaba de ellas sino también se pedía por el país y sobre todo por las hermanas.
Realmente honrar a la gran Madre que tenemos nos lleva a unirnos, romper barreras, cruzar fronteras y niños, jóvenes, profesores, padres de familia y hermanas unirnos como una sola familia, la Familia Carismática que María Ana Mogas inició, que no solo este mes nos sintamos unidos sino que la savia del carisma nos mantenga en constante comunicación, así nos conoceremos más y mejor.
Elena Mori