Un grupo de alumnos del Divina Pastora juega al bingo todos los viernes por la tarde en una residencia de mayores y colaboran en el Hogar del Transeúnte.

Un alumno jugando al bingo con los mayores de la Residencia Orpea. (Imagen de lanuevacronica.com)

El fin de semana llega un poco más tarde en el Colegio Divina Pastora, de León. Al menos, para un grupo de alumnos y alumnas de los últimos cursos de la ESO y de Bachillerato que cada viernes por la tarde se cargan la mochila de la solidaridad y llevan a cabo diferentes actividades de voluntariado.

Una de estas actividades de los jóvenes voluntarios de Pastorinas se lleva a cabo en la Residencia Orpea durante hora y media, una vez que concluye su semana lectiva. Un grupo de estudiantes de tercero y cuarto curso de Secundaria acompañan a los mayores, juegan al bingo con ellos y decoran temáticamente las instalaciones.

Acompañados de profesores o de miembros del Ampa, los adolescentes que se inscriben en este programa de voluntariado aprenden en un intercambio intergeneracional «en el que está involucrada toda la comunidad educativa». «Uno de los pilares de nuestro colegio es la sostenibilidad social y hacemos muchos proyectos para que los alumnos valoren lo que tienen y sepan dónde están», explica Ana Redondo, directora del Divina Pastora.

Cada viernes, 11 chicos y chicas que buscan demostrar que «no hay que irse muy lejos para ayudar». Un noble propósito al que también ayuda la profesora Margarita Acero, una de las coordinadoras del plan y quien se encarga de hacer los calendarios con los turnos. «Cada vez van unos alumnos y se van animando más y más. Al final del curso, acaban siendo una gran mayoría los que han participado en la actividad», asegura esta profesora de Pastorinas.

Los participantes en estas experiencias aseguran que «acaban por ganar más» que los ancianos a los que acompañan. «Reciben mucho cariño e ilusión y ven reflejados a los que podrían ser sus abuelos. Son pequeños gestos pero la repercusión es grande», explica Margarita Acero sobre este programa.

TAMBIÉN EN VACACIONES

Si esta experiencia intergeneracional no entiende de fines de semana, tampoco lo hace de vacaciones de verano. Por eso, un grupo de alumnos de Bachillerato lleva a cabo otro programa de voluntariado en la Residencia Hogar Beceña González de Cangas de Onís.

A lo largo de una semana, conviven con los residentes asturianos y les ayudan de una forma similar a como hacen durante el curso en la Residencia Orpea. «Dan de comer a los encamados, juegan al bingo, hacen bailes, comparten clases de pintura…», enumeran desde el Colegio Divina Pastora sobre las actividades de este programa estival.

APOYO A LOS MÁS NECESITADOS

Junto con este proyecto intergeneracional, el centro educativo también tiene abierto otro programa de voluntariado con el Hogar del Transeúnte de León. Todos los viernes a las 20:30 horas, una hora más tarde en el horario de verano, alumnos de Bachillerato acuden a echar una mano al centro de la calle Panaderos.

Allí, los alumnos preuniversitarios de Pastorinas ordenan y reparten sábanas, gel y todo lo que necesiten los usuarios. «Están acostumbrados a tenerlo todo y ven otra cara de la vida, algo que les resulta gratificante», expone la profesora Margarita Acero.

«Sostenibilidad social» es el nombre que este centro ha puesto a la educación en valores. Una forma de garantizar que la solidaridad continúa para bingo.

Publicado en lanuevacronica.com