Estamos en Navidad, una festividad que celebramos con la alegría, el gozo y la esperanza de revivir el Nacimiento de Jesús. Con el lema «Esta Navidad, cada portal importa», Cáritas pone en marcha la campaña navideña. Con ella invitan a vivir el amor de Dios y a mirar a nuestro alrededor para tender la mano a aquellas personas que más lo necesitan.

Con Cáritas nos acercamos a algunos de los portales que nos importan. En ellos habitan personas que salen al encuentro del otro para ofrecer apoyo si lo necesitan o compartir alegría. Para que sepan que nos importan sus vidas y que hay esperanza. Como las luces que anuncian la Navidad, en estos portales se alumbran nuevas vidas.

Uno de esos portales es el residencial JMJ. Las más de 200 personas que lo habitan conviven desde hace cinco años con unas ‘vecinas’ que les acogen con alegría y disponibilidad.

Son las hermanas que conforman el Equipo de vida: Teresa, María Inés y María Reyes, religiosas Franciscanas Misioneras de la Madre del Divino Pastor.

«Aquí no es tanto hacer, como ser, es estar. Tener la puerta abierta para las familias»

Ellas comparten con las familias el mismo techo; a su puerta llaman a cualquier hora para que las asesoren o las escuchen y, a veces, hasta para que atiendan a sus hijos o, incluso, para que resuelvan algún problema de convivencia. Son un referente.

«Aquí no es tanto hacer, como ser, es estar siempre que nos necesiten –nos dicen las hermanas–. Tener la puerta abierta, estar alerta para las sorpresas que nos dan las familias». Hablamos de familias muy diferentes: españolas, africanas o hispanoamericanas, a quienes acompañan las hermanas, junto con el resto de equipo de Cáritas Madrid, y que tienen la certeza de que, cuando llamen, les abrirán la puerta.

Este portal debe importarnos porque es «humildemente, la encarnación del portal de Belén, se trata de familias que buscan cobijo». Y aquí se les da cobijo. «Cuando las familias salen después de un tiempo de estancia, aunque no hayan cumplido todas sus expectativas, se van mejor que han entrado; se llevan la sensación de haber estado bien, de haber sido acogidas».