A punto de finalizar el encuentro de Preparación para la Profesión Perpetua (PPP), las Junioras nos comparten la experiencia vivida en Granollers y Barcelona, siguiendo el camino iniciado por María Ana.

Con el corazón agradecido y llenas de alegría compartimos con vosotros la experiencia vivida en Granollers. Estar en este lugar sagrado significó para nosotras ahondar en el camino de María Ana a través de su carisma, don recibido de Dios para el Instituto y para la Iglesia.

También tuvimos el gozo de peregrinar hacia el Santuario de Montserrat, camino emprendido por María Ana y sus hermanas en un momento delicado de los inicios de la fundación de nuestra Familia. Esto nos impulsó a seguir sus huellas y a vivir con hondura el sentido de ser peregrinas.

En esta oportunidad, nuestra hermana Montse Bosch nos acompañó en la reflexión acerca del carisma. Para ello se centró en los rasgos fundamentales de la Congregación vividos por María Ana, desde la inspiración profunda de una vida de fe, de identidad carismática y de misión. Entre ellos: el Primado de Dios, la Oración, el Discernimiento, el Espíritu Mariano, la Fraternidad-Caridad y la Maternidad espiritual.

En este sentido, experimentamos que el carisma sigue generando vida, llenando de sentido la existencia de cada hermana en el seguimiento de Jesucristo y en la vivencia de la fraternidad, a su vez motivando a hermanas jóvenes como nosotras a continuar recreando el carisma y así mantener la esencia carismática.

En consecuencia, en estos días hemos experimentado:

  • La gratuidad y bondad de Dios providente; a pesar de la pandemia covid-19 nuestro sueño se hizo realidad.
  • La alegría de sentirnos hijas de María Ana.
  • La fortaleza de continuar el camino emprendido mirando el testimonio y entrega de hermanas que con su vida siguen promoviendo este don.
  • La llamada a vivir de manera fraterna buscando el querer de Dios en nuestra vida a través de gestos concretos: de acogida fraterna, servicio gratuito, simplicidad, cercanía, sencillez, alegría, fidelidad, espíritu de oración…
  • El desafío de encarnar el carisma Franciscano según el Evangelio en el hoy de nuestra historia.

Finalmente, estar en casa de María Ana, en este espacio sagrado, y encontrarnos junto al pozo que dio vida a una serie de peregrinos, nos hace pensar que toda vida nace de una misma fuente que es Dios y el beber de esta fuente simbolizó para nosotras saciar nuestra sed de pertenencia al Instituto.

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