El próximo 2 de febrero, festividad de la Presentación del Señor, se celebra la Jornada Mundial de la Vida Consagrada.
El objetivo de esta jornada es ayudar a toda la Iglesia a valorar cada vez más el testimonio de quienes han elegido seguir a Cristo de cerca y dedicar su vida a Él. Este año tiene como lema, «La vida consagrada, parábola de fraternidad en un mundo herido».
Los obispos de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada han hecho público su mensaje con motivo de esta jornada. En él, la voz del presidente de la Comisión, Mons. Luis Ángel de las Heras Berzal, se une a la de los prelados miembros y a la secretaria técnica para acoger con profundidad y generosidad la fragilidad de ‘un mundo herido’, una realidad constatable en todos los pueblos y en todas las etapas de la historia. Así, hacen presente las heridas lacerantes “que en gran parte de nuestro planeta, supuran sin descanso, más allá o más acá de los vaivenes de la política, la economía, la vida social, etc.
En la actualidad, los consagrados también ayudan con una mirada especial a personas que experimentan nuevas formas de injusticia, aflicción y desesperanza: los afectados por la COVID-19.
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Pido oracion pir mi aspirantado abrazooo.
M.Clarisa Carbajales