“Vocación: Gracia y Misión” con el corazón y los pies ardientes en el camino.
“Jesús llamó y envió a los que quiso” (cf. Mc 3, 13-19)
Hago mías estas hermosas y profundas palabras del tercer Año Vocacional en Brasil, para agradecer al Dios de mi vida, el todo bien, el sumo bien, el Dios protector, misericordioso, bondadoso, amor incondicional, fiel en su promesa. Él me manifestó su preferencia, me llamó varias veces al igual que al joven Samuel y los discípulos. Con la ternura de un Padre-Madre salió siempre a mi encuentro con mi realidad, hechos, momentos, historia, cultura, creencias … Me sedujo y yo me dejé seducir.
Gracias, Dios fiel, por la fuerza de tu Espíritu Santo que me diste cuando, en los momentos más difíciles y en la noche oscura del camino, encendiste la luz de la esperanza, el coraje y la valentía para continuar y permanecer en tu amor y junto a ti. Por eso, como el salmista, quiero cantar eternamente tu amor incondicional, que sentí y experimenté en este día inolvidable de mi vida, misión y consagración…
Dios de bondad, haz que mi pobre corazón nunca deje de arder por tu reino de amor, no permitas que mis frágiles pies se cansen para llevar la buena noticia donde se necesite. ¡Aquí estoy, Señor, envíame! Y haz conmigo lo que quieras.
Gracias a la familia FMMDP
A toda mi familia religiosa de Hermanas Franciscanas Misioneras de la Madre del Divino Pastor, muchas gracias por todo lo recibido, desde el corazón. Hoy Dios obró sus maravillas en mí para consagrar por completo mi vida al servicio de su reino, gracias a las múltiples formaciones de diferentes dimensiones que recibí en esta familia, desde que entré como aspirante hasta el día de hoy. Gracias a cada una de vosotras, hermanas, por el testimonio de vida y misión que viví y compartí con vosotras y con cada miembro de nuestra familia carismática (AMAM). Cada uno, con su manera de ser y servir a Dios, fue para mí un estímulo, testimonio de vida y misión que me animó y motivó a ser fmmdp…
Estoy orgullosa de ser hija de María Ana Mogas, fundadora de esta congregación de Franciscanas Misioneras de la Madre del Divino Pastor. La vida de la Madre fue un gran ejemplo para mí: su entrega a los pobres, su cuidado por los más vulnerables, la lucha por la vida y la dignidad de las personas, su manera de superar la adversidad, fortalecen mi proceso vocacional.
Los ejemplos de San Francisco de Asís intensifica también mi manera de ser hermana de todos, especialmente de los más pobres y vulnerables de nuestro mundo. La fundadora decía: “A los pobres no les hagáis esperar”…
A todos los formadores que me guiaron, me ayudaron como el profeta Elí a descubrir la voz de Dios y a todos mis compañeros, muchas gracias por el testimonio de vida y dedicación al servicio de la formación. Que Dios, rico en bondad, premie y pague a cada uno de vosotros vuestra dedicación, entrega y formación, todo lo que me transmitieron.
A cada comunidad por donde pasé, viví y compartí la misión y la experiencia:
- Angola (Luanda, Sumbe)
- Portugal (Fátima, Abrantes, Oporto…)
- España (Madrid, Barcelona, Benavides, Laredo, Santiago de Compostela)
- Brasil. Hoy aquí, en esta frontera, en tierra de macuxi, en esta hermosa misión. Muchas gracias por aprender de cada uno de vosotros el significado de ser familia y dar la vida por el reino de Dios y su pueblo.
A mi querida comunidad aquí presente: queridas hermanas Sofía y Yolanda, juntas cada día tratamos, con la fuerza del Espíritu Santo, hacer realidad el lema de nuestra familia “Caridad, caridad verdadera, amor y sacrificio”…. Gracias por el don de cada uno de vosotros. Hago mías las palabras de San Francisco al Hermano León: “El Señor me dio hermanos”… A toda nuestra carismática, familia AMAM de esta comunidad, muchas gracias por todo, vuestra presencia misionera me ayuda a entregarme sin reservas. Vuestro cariño, cercanía y espíritu de trabajo me motiva día a día.
A Madre Rosario y todo el Gobierno General. También a Madre Inmaculada (ex provincial de la Provincia Ibérica) mi gratitud interior. Gracias por todo: por tu ternura maternal y la confianza que depositaste en mí cuando parecía que no tenía sentido continuar en esta familia. Tuviste paciencia conmigo para esperar el nacimiento de un nuevo día; salvaste mi vocación, hasta mi salud física. Tu corazón materno no sólo me salvo a mí, también a muchas Hermanas. Tu paciencia da testimonio de este sí definitivo, es entrega generosa al servicio de la Iglesia y misión de la congregación… … Continúa, querida Madre y toda la familia carismática, orando por mí y que María, mujer fiel Divina Pastora, sea mi modelo de fidelidad y de hacer lo que su hijo Jesús Divino Pastor, me pedirá todos los días.
A toda mi familia biológica en el Congo y en todo el mundo
Muchas gracias por el regalo que es cada uno de vosotros. Gracias papá y mamá, por colaborar con Dios en la obra de la creación. Gracias querida abuela Venancia por ser mi profeta Eli y el sabio Simeón, siempre me despertaste para hacer la voluntad de Dios, para amarlo sobre todas las cosas porque es amor incondicional, y para hacer el bien aun a quien te desea el mal. Seguid orando por mí para que pueda ser fiel a Dios.
Querida familia, gracias por todo lo que aprendí entre vosotros, gracias por enseñarme los valores cristianos que he vivido com vosotros y que van madurando en la vida cada día: la fe, la práctica de la caridad, el cuidado del prójimo, la compasión, bondad, paciencia, tolerancia, determinación, protección, unión, sencillez, autonomía y el coraje de enfrentar la vida con sus realidades y aprender de ellas. Gracias por la educación cristiana y la catequesis, por ser guía en el camino de Dios. Fue un privilegio para mí conocer a Dios desde niña gracias a vosotros, a vuestro ejemplo y testimonio de vida.
A todos mis amigos y compañeros
Queridos amigos, vosotros sois mis héroes que, en el calor y en el camino de la vida, lejos o cerca, vuestras amables palabras de aliento me ayudaron a escalar lo más alto con la frente en alto y buscando siempre la razón para vencer y seguir el camino adelante con fe, amor y esperanza.
Nunca caminé sola. Vuestras humildes oraciones fueron las llamas que alumbraron mis noches oscuras. Vuestros gozos fueron fuerza en el camino donde el corazón nunca dejó de arder para servir y amar a Dios en los hermanos, como misionera, consagrada con pies débiles en el camino, sin detenerse y creyendo en un mundo mejor y en el Dios del amor.
A todos los misioneros, religiosos, laicos sacerdotes de esta diócesis, muchas gracias por vuestro testimonio, compromiso, vida y misión con el pueblo de Dios. Es impresionante el compromiso de todos en esta amada Iglesia de Roraima al servicio del reino. Gracias por estar aquí hoy y acompañarme en este día tan importante. Pido y cuento con vuestras oraciones. Que este Año Vocacional nos ayude a cada uno de nosotros a acoger la llamada de Jesús como una gracia y que sea una oportunidad para que cada vez más corazones se enciendan y que los pies se pongan en camino misionero.
A vosotros, mis compañeros de la UNIP (Universidad Paulista), muchas gracias por compartir y acompañarme en este día, que Dios os bendiga.
Muchas gracias a toda la comunidad cristiana del área misionera San Juan Bautista, por vuestro compromiso y colaboración en esta celebración….
A los sacerdotes de esta área misionera, Bento y Fred, Grupo Coral, y a todas las organizaciones,
Obrigada Clementine pelo teu testemunho de entrega…pelo teu SIM
LOUVEMOS O SENHOR