¡Toda vida importa!

En estos últimos años observamos que nuestro mundo está cada vez más convulsionado. En muchos países se evidencia la crisis política, la precariedad laboral, los programas sociales fragilizados… ¡fronteras y muros de protección y miedo, distanciamiento!  Junto a esta realidad de crisis global con pandemia que estamos viviendo ha venido a evidenciar lo que ya estaba frágil y a hacer visibles nuevas fragilidades, ¿las sentimos, las palpamos, las “compartimos”, las “hacemos nuestras”?

En esta realidad ignorada, desconocida, descartada y tantas veces incomprendida, habita la esperanza, está el Corazón de nuestro Dios, en los rostros y en las historias concretas de nuestras hermanas y hermanos migrantes y refugiados con los que diariamente nos encontramos las hermanas Franciscanas Misioneras de la Madre del Divino Pastor, viviendo en  Boa Vista (Estado de Roraima)  en Brasil. Son para nosotras una llamada constante a abrir las puertas del corazón y establecer puentes y flujos de compasión y ayuda emergente desde un trabajo en red que visibiliza que:

¡Es real y posible la inspiración del Papa Francisco para el mundo, la Iglesia y nuestra vida religiosa!; La Fratelli Tutti y la vivencia de la sinodalidad. Unidas y unidos por el bien común y la dignidad humana, pues: ¡TODA VIDA IMPORTA!

Durante este tiempo, compartimos algunas de nuestras vivencias llenas de esperanza:

  • Hemos celebrado con diferentes eventos en Brasil la Semana del Migrante y Refugiado del 13 al 20 de junio con el lema: “Quem bate á nossa porta?”; también aquí en Boa Vista y en toda la Diócesis, desde la articulación de la Iglesia Católica y otras organizaciones, incluidas nosotras, se realizaron actividades y celebraciones sensibilizando a la población de la importancia del acoger, proteger, promover e integrar. Y cerrando la semana celebrando el día Internacional del Refugiado y desde el clamor de las más de 500.000 víctimas del Covid en Brasil. Fuimos vacunadas/os con la primera dosis todos los agentes humanitarios que estamos al servicio de la Operación Acogida y nunca paramos de estar en primera línea, con el riesgo de nuestra vida hasta el día de hoy.
  • Desde las llamadas fuertes que sentimos como comunidad a raíz del compartir los últimos documentos de Misión de la Congregación, quisimos crear “convergencias” entre las hermanas de distintos países y comunidades para compartir la vida. Una iniciativa nuestra, sencilla y con un mínimo esquema de encuentro construido por nosotras. Y así, nos encontramos con las Hermanas, utilizando las TIC. Hemos tenido encuentro con las comunidades: Jubileo (última comunidad abierta en España) y con el Noviciado Congregacional. Sentimos que estos encuentros nos sostienen y animan para seguir buscando el querer de Dios y disfrutando de Su Presencia Viva. Durante el mes de junio y desde la clave de la CONVERGENCIA, nos invitaron a participar y compartir nuestra experiencia de vida y misión en frontera, un grupo de religiosas y religiosos de Argentina de entre los 40 y 50 años que viven en diferentes países a través de Meet, con el lema: “Donde está tu corazón están tus pies”. Terminamos este encuentro con el corazón lleno de gratitud por la entrega y el coraje de la vida consagrada en el mundo y con una fuerte llamada al cuidado.
  • El agradecimiento a las personas que nos hacen bien y hacen el bien es inmenso. La Empresa Energía Roraima posibilita para nosotras una casa y tantas muestras de cariño, además de la donación mensual de 100 cestas básicas y 100 pollos y material de higiene para entregar a los más frágiles. Estos gestos nos ensanchan el corazón y nos animan a seguir construyendo puentes de humanidad y caridad verdadera. Así como el envío desde España de nuestros familiares, amigos/as, Voluntariado Misionero “María Ana Mogas” de mascarillas FPP2; la realización de acciones solidarias de Ladesol en nuestros Colegios de Orense y Villagarcía de Arosa, su interés, comunicación… ¡gracias de todo corazón!

Con la Familia Carismática celebramos los 25 años de la Beatificación de María Ana Mogas

  • En este año especial para nuestra Familia Carismática, donde hacemos memoria de los 25 años de Beatificación de nuestra Fundadora María Ana Mogas, nosotras organizamos diferentes actividades con la finalidad de darla a conocer para vivir la llamada al seguimiento de Jesús desde nuestro Carisma. Una vez al mes invitamos a la oración que está siendo preparada por el equipo de nuestra Familia Carismática, actualizándola y contextualizándola en nuestra realidad. Cada mes rezamos en una capilla distinta de nuestra Área Misionera, implicando a la comunidad cristiana que nos acoge e invitando a distintas personas y colectivos; es transmitida por el Facebook de nuestra Área.  Así como también, invitamos a los jóvenes a participar presencialmente en nuestra casa y a través de las redes sociales de los encuentros organizados por la comisión de PJVM de América Latina. ¡Una verdadera riqueza!
  • Continuamos acompañando a nuestra Área Misionera (parroquia) en la preparación y celebración de Pentecostés. Juntos oramos y pedimos la fuerza del Espíritu para seguir construyendo una Iglesia en salida. Y acompañamos el desafío de construir una Iglesia Sinodal en la Amazonia, acompañando la formación de laicos para el Diaconado permanente, el liderazgo de los laicos y laicas en las comunidades, la formación de ministros y ministras de la Palabra, Eucaristía y de la liturgia y en la ayuda puntual en las acciones pastorales en las que podemos dar nuestro aporte, como el acompañamiento de una hermana a un grupo de adolescentes que se preparaban para recibir el sacramento de la Eucaristía.

¡Vivimos con alegría en tiempos difíciles, y celebramos las buenas noticias!

  • Las buenas noticias y los frutos se reciben y se van dando poco a poco, así el 24 junio, fiesta de Nuestra Señora María Auxiliadora, la Asesoría que acompaña el proceso de elaboración de la personalidad jurídica (CNPJ) de la Congregación en este país, nos comunicó que, por fin y después de una tremenda burocracia, ya lo teníamos. Reconocemos que este logro nos costó mucho: tiempo, dedicación, paciencia, oración y sobre todo decir cada día, como María Ana “Siempre tendré mis ojos puestos en el Señor” y “asegura los pasos que estamos dando aquí, en Brasil…si es Tu Voluntad”. Seguimos con este proceso de encarnación y de cumplimiento de nuestras obligaciones…procesos que continúan y nos facilitan, entre otras cosas, la recepción de los proyectos que nos han sido aprobados para el bien de los más vulnerables.
  • Agradecemos a Dios porque nuestra Hermana Lidia está trabajando como educadora social en una casa de acogida de la Fundación Fe y Alegría, donde se quedan las familias migrantes y refugiadas derivadas del Servicio Jesuita a Migrantes y Refugiados y de la Pastoral Universitaria que se encuentran en proceso de viaje para otro estado (proceso de interiorización de la Operación Acogida), por un corto tiempo, lleno de esperanza y expectativas.
  • En la vida existen noticias que plenifican el corazón, pero hay otras que nos dejan muy tristes y sobrecogidas y esta es una de ellas. El día 22, en la madrugada, falleció de Covid, a los 49 años, la hermana Telma Lage, de la congregación Nossa Senhora das Dores. Telma fue para las personas que la conocimos una hermana, colega y compañera de camino. Mujer llena de vida, coraje, profética, luchadora por la causa de los excluidos, en especial de los migrantes y refugiados y de un corazón muy grande. Deja en nosotras un legado y un camino de una vida religiosa posible, necesaria en nuestro hoy, vivible y llamada a expandirse desde el amor entregado, con otras y otros, en las fronteras del mundo.

Para terminar y como fruto de esta Pascua de nuestra hermana Telma y de nuestra muy querida hermana Elsa Diaz Becerra (FMMDP), mujeres entregadas a los más pobres, de tantas víctimas que interceden, la frontera entre Brasil y Venezuela que permanecía cerrada desde marzo del año pasado y que tanto sufrimiento añadido ha generado, se abrió ayer, ¡por fin!.

Estamos felices, también llenas de cuestionamientos y con nuestros colegas de vida y misión, preparándonos para recibir y acoger esta nueva oleada de hermanas y hermanos, junto con los que ya están con nosotras, “sin documentos”, indocumentados…grandes desafíos que necesitan grandes dosis de fe, esperanza y caridad.

¡Es tiempo de CUIDAR! ¡CADA VIDA IMPORTA!

Con todo nuestro cariño y comunión sus hermanas:

Lidia Paniccia, Yolanda Olivera y Sofía Quintáns

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