La Residencia Hogar Beceña-González se despide de las religiosas que la gestionaron durante más de cuatro décadas.
Las Franciscanas Misioneras de la Madre del Divino Pastor llegaron en 1978 al hogar, que fue fundado gracias a la iniciativa y las donaciones del matrimonio cangués formado por Camila Beceña y Ramón González.
La hermana Mª del Pilar Diez González, directora del Hogar-residencia, tuvo unas emotivas palabras al finalizar la celebración de la Eucaristía:
“Muy querido D. Marcos, párroco, y presidente del Patronato, sacerdotes que nos acompañan, Sr. Alcalde, miembros del Ayuntamiento y Patronato, residentes, personal del Centro, pueblo de Cangas de Onís y Hermanas:
Todos sabemos por experiencia lo que significan las despedidas: siempre son duras, al tener que dejar los lugares y las personas con las que tantos años se ha convivido y han formado parte de nuestra vida. A las Franciscanas Misioneras de la Madre del Divino Pastor nos cuesta mucho dejar Cangas; sobre todo, nos cuesta dejar la atención a los residentes, que durante tantos años han formado parte de nuestra familia y a todo el personal con el que hemos colaborado tanto tiempo en la marcha de la residencia. La realidad de la vida nos lo impone y no tenemos personal para continuar nuestra labor en este querido pueblo.
En nombre de la Congregación de Franciscanas Misioneras de la Madre del Divino Pastor, damos en primer lugar, gracias a Dios, que nos ha permitido realizar nuestra tarea misionera en Cangas de Onís a lo largo de estos años, 42, tanto en la Residencia como en la pastoral de la Parroquia. En todo momento hemos sentido la fuerza y la gracia de Dios que han animado nuestro caminar. La cercanía de Dios, a través del contacto con la gente, se ha hecho sentir siempre. Agradecemos también al Arzobispado de Oviedo, en la persona de D. Jesús Sanz, por el apoyo que siempre han brindado a las hermanas y la cercanía que en todo momento hemos sentido.
En este día, queremos hacer mención especial de dos personas muy significativas en la misión de esta Residencia Hogar Beceña-González: D. Luis, 30 años presidente del Patronato y hoy capellán, siempre pendiente de los residentes de su atención espiritual, y a la hermana Marcelina, que tanto ha trabajado para que la residencia esté donde está. Ambos han dado lo mejor de sus vidas a favor de los residentes y del pueblo. También damos las gracias a D. Antonio Cofiño por su entrega y ayuda. Sin él yo personalmente no hubiera salido adelante; gracias Toñin. Y a todos ustedes, Ayuntamiento, Patronato, Fundación Hogar Beceña- González, residentes, familias, personal, pueblo de Cangas de Onís, por la colaboración, el cariño y apoyo que siempre han brindado a las Hermanas presentes y a las que por aquí han pasado en estos casi 42 años de nuestra permanencia en este lugar. No puedo dejar de mencionar al Restaurante Ñeru que cada año nos obsequia con el gran cestón que nos es de gran utilidad en provecho para todos.
Somos conscientes de que hemos recibido mucho de ustedes y que siempre nos han ayudado a crecer en la vivencia y entrega de nuestro Carisma como Franciscanas de la Madre del Divino Pastor. Se lo agradecemos de todo corazón. En nombre de la Congregación pedimos disculpas si en algún momento no supimos dar la respuesta y el ejemplo que esperaban de nosotras. Y, por último, gracias también a las Hermanas que han pasado por aquí y a las que actualmente nos toca de cerca esta salida de Cangas de Onís. Sabemos muy bien del dolor que nos embarga en estos momentos. Pero en el fondo del corazón debemos sentirnos gozosas de la vida entregada de forma sencilla y cercana en bien de todos los residentes. Nuestro desprendimiento y fidelidad a la voluntad de Dios en estos momentos, son un estímulo para nosotras. No hay relevo, tenemos que irnos y así, ligeras de equipaje, donde el Señor quiera.
Al terminar, queremos poneros a todos bajo la protección de la Virgen en su advocación de Madre del Divino Pastor, nuestra Patrona. Aquí queda como recuerdo. Y a la Santina de Covadonga, tan querida por toda esta tierra, en especial a los residentes, el Patronato y a todo el personal de la Residencia Hogar Beceña. Que Ella, María, como Buena Madre, les siga acompañando y bendiga cada uno de sus hogares e instituciones.
Gracias por todo”
La directora fue obsequiada con una placa conmemorativa y una medalla de oro de la Santina. Seguidamente hubo una ofrenda floral al pie del busto que recuerda a la benefactora canguesa Camila Beceña.
En estos últimos meses, a raíz de la pandemia del covid-19, el centro ha sido muy elogiado por el trabajo realizado. Durante este tiempo no se registró ningún positivo en la institución, ni entre los residentes ni entre las empleadas, manteniendo un riguroso horario de visitas para familiares con cita previa.