El 31 de mayo recordábamos el canto de María “mi alma canta la grandeza del Señor… porque ha mirado la humildad de su sierva y en adelante me felicitaran todas las generaciones…”

Cuánta razón tenía María al hacer esta profecía… “me felicitarán todas las generaciones”. Esto se hizo realidad una vez más en todos nuestros colegios. Después de estar “unidos virtualmente”, volvimos a reencontrarnos presencialmente para celebrar y cantar las alabanzas a María, madre nuestra, durante todo el mes de mayo, como ya es tradición.

Una emoción muy grande nos invadía cuando la veíamos pasar por los distintos ambientes de nuestros colegios. Entre aplausos, vivas y lluvias de pétalos de flores, que le ofrecían desde los más pequeños hasta los mayores, luego fue coronada por los alumnos de las respectivas promociones que tienen este “gran honor”.

No podemos dejar de mencionar lo anecdótico que tenemos en algunos lugares donde amanece lloviendo y parece que la lluvia nos va a estropear todo lo programado. Pero, llegado el momento, por obra y gracia, la lluvia deja de caer y podemos vivir todas las emociones sentidas, sobre todo el ver a los alumnos que están en el último año en el colegio coronarla con lágrimas en los ojos.

Una vez más, dimos gracias al Señor por el don de María, su madre, nuestra madre, a quien le pedimos que siga bendiciendo a las distintas familias educativas de nuestros colegios: “Ana Mogas” de Quillazú, “Nuestra Señora del Rosario” de Villa Rica, “Divina Pastora” de Oxapampa y “Santa Isabel de Hungría” de Lima.

Pastoral Educativa. Delegación de Perú

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