Construir una red exige paciencia, apertura, discernimiento, diálogo, acogida, escucha y encuentro. Abrir el corazón a la novedad del Espíritu. Los días 27 al 31 de octubre de 2023, tuve la oportunidad de participar de una misión en la ciudad de Pacaraima, junto a los hermanos y hermanas misioneros y misioneras.

La misión estuvo organizada por la Unidad Pastoral- APA que está compuesta por tres ciudades pequeñas: Amajari, Alto Alegre y Pacaraima. El tema que nos congregó fue: Comunión, Camino de Fe y Esperanza. Con el lema que nos motivó: “… se aproximó y comenzó a caminar con ellos”.

Desde el estilo de Jesús que se aproxima a través de la escucha, la acogida, la comprensión y la misericordia, me coloqué en camino para visitar a las familias migrantes y brasileñas que viven en Pacaraima, en situaciones muy vulnerables y precarias.

Amar es ser vulnerable:

“Descálzate, que el lugar que pisas es tierra sagrada” (Ex 3, 5)

Desde una escucha atenta y respetuosa, comenzamos a entrar en las historias de las familias, reconociendo que el lugar que estamos pisando era y es tierra SAGRADA. Acogiendo el dolor, la frustración, la impotencia y la esperanza de las familias que día a día buscan el pan para poder vivir en condiciones muy precarias y de riesgo. Muchos de ellos ocupando espacios ilegales, lugares insalubres y con pocas posibilidades de tener un espacio signo y seguro.

Las familias que nos acogieron desde su vulnerabilidad están dispuestas a amar y a partir el pan. Tienen necesidad de tener una experiencia de Dios. Sin embargo, por las distancias y el poco acceso para llegar a una iglesia católica, dejan de participar. Muchos de ellos se juntan en grupos pequeños y forman una comunidad evangélica, en algunos casos llegan hasta elegir una persona que hace las veces de pastor.

Finalmente, agradezco a Dios y las hermanas de mi comunidad, porque me permitieron ser instrumento de vida, de esperanza, de sosiego y de conforto para los niños, adolescentes, adultos y ancianos.

Yolanda Olivera, fmmdp

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