Comienza un nuevo curso y, como cada año, un objetivo que dará unidad a nuestra tarea educativa de Colegios FMMDP en el 2024-25. Siguiendo los valores destacados en nuestra Propuesta Educativa, corresponde ahora profundizar en el valor de la VIDA.
Como miembros de una comunidad educativa que vive la espiritualidad franciscana y el carisma de María Ana tenemos el compromiso de hacer de nuestros colegios lugares donde se defienda la vida en todas sus manifestaciones y que nuestros alumnos/as, los principales protagonistas de la educación, vivan y aprendan en un clima de convivencia basado en el reconocimiento de la dignidad de la vida de cada persona y en la defensa de la creación, la justicia y la paz.
Para ello, concretamos nuestro objetivo como sigue:
“Valorar la VIDA, defenderla y valorarla en todas sus manifestaciones, comprometiéndonos con ella”
Por esa razón, el cartel representa a dos alumnos (uno más infantil y otro más adolescente) con las manos en forma de “V”. Esta señal tiene como significado general el de victoria. Pero en nuestro caso queremos que sea una victoria de la “vida”, una defensa de la vida. Por eso se superponen a las vocales que inician y acaban dicha palabra. Así comprendemos que la vida es un proceso, un camino que pasa por distintas etapas.
En medio, queda remarcado las letras “ID”. Juntas, nos llaman a dos reflexiones:
Por un lado, nos forma la palabra “ID”. Es una llamada de envío a cada uno de nosotros, a buscar nuestra vocación, a salir al encuentro de los demás y celebrar con ellos la vida. Pero para encontrar esa vocación, debemos escuchar a qué nos llama Dios en nuestra vida, y cómo responde nuestro corazón a esa vocación.
Por otro lado, nos recuerda a I-D, que en muchos casos se utiliza como Identidad. Queremos celebrar la vida y aquellos aspectos que nos identifican. Encontrar y celebrar lo que somos, lo que nos identifica como personas, como colegio, como comunidad…
Señas de Identidad
Y en nuestra vida hay elementos que están presentes, y que han de ser nuestras señas de identidad, como Hijos de Dios y como personas que vivimos en la espiritualidad franciscanas continuadores del Carisma de nuestra fundadora y que se presentan a través de las distintas esferas de colores: