Con profundo agradecimiento compartimos el eco de lo vivido en estos últimos meses, pasando todo por nuestros corazones:

Nuestra comunidad de Boa Vista en Brasil, camina con alegría en la sintonía de la vida religiosa de América Latina y el Caribe, viviendo y saboreando sus intuiciones y llamadas.

Pudimos participar del Congreso virtual los días 13 al 15 de agosto, organizado por la CLAR- Confederación Latinoamericana de Religiosos y Religiosas. Todo lo saboreado nos provoca e invita a renovar nuestro corazón y acompasar nuestro latir al Evangelio, desde la Intercongregacionalidad, lo Intercultural y la Itinerancia. En la clausura del Congreso, la Presidenta, Liliana Franco, nos recordó: “Todos y todas hemos traído lo poco que tenemos para hacer posible el milagro de la abundancia”, invitándonos a que lo reflexionado y compartido es una llamada para ser actualizada en lo cotidiano de nuestras opciones, en la entrega diaria de nuestras vidas, en una vida religiosa más humana y humanizadora. Es decir, “ser como pan partido, partirnos, repartirnos, desplazarnos hasta esas parcelas del Reino en las que urge que se comparta el pan”.

En familia congregacional

Y en este caminar en sintonía con el susurro de la Ruah y los clamores en nuestra realidad, nuestra Familia Congregacional organizó la Asamblea de la Región, donde participamos un gran número de hermanas de las distintas Delegaciones. Fue un encuentro virtual rico, con tiempos anteriores de preparación comunitaria, entre países, entre Delegaciones, llena de oración, reflexión, escucha, desafíos…compartimos las llamadas de nuestro tiempo queriendo descubrir, soñar, diseñar y vivir desde la novedad.

Desde el camino Regional nos unimos al de toda la Congregación, participando de la Asamblea General virtual los días 6 al 10 de septiembre, con el lema “El Espíritu nos transformará en odres nuevos” desde el proceso de Reorganización que vivimos.  En todo el encuentro resonó con intensidad: “Es el momento, es la hora de avanzar, de crecer y transformarnos en mujeres de fe profunda, capaces de custodiar y seguir dinamizando nuestra identidad carismática, de despertar y percibir en nosotras y en las otras, la fuerza creadora que nos cambia y convierte en mujeres nuevas”. Queremos descubrir, cultivar, potenciar lo mejor que tenemos, soñando lo que podemos llegar a ser como Familia Carismática, para discernir y diseñar caminos viables y posibles a nivel local y global.

Compartimos vida y misión con una voluntaria

A finales del mes de agosto e inicios de septiembre acogimos en nuestra casa a Isabela, joven de Rio de Janeiro, estudiante de Pedagogía, inquieta en darse a los demás a través del voluntariado. Vivimos un mes muy rico juntas y pudimos acompañar su experiencia en la ONG AVSI Brasil dentro de los campos de refugiados, llamados aquí abrigos, acompañando a nuestros hermanos y hermanas migrantes y refugiados de Venezuela. Sentimos la acogida y la escucha como regalos de nuestro ser franciscanas, en esa amistad social que el Papa Francisco nos invita a vivir.

Y si no bastasen tantos acontecimientos, también durante el mes de septiembre participamos de la fase de escucha diocesana de la próxima Asamblea de la Iglesia en Latinoamérica y Caribe *CELAM* que se desarrollará en México. Desde los nuevos desafíos que hoy se presentan desde la quinta Conferencia General de Aparecida, siendo todos discípulos y discípulas en misión. Las personas que compartimos de esta escucha sinodal diocesana en este contexto de Amazonia, en el extremo norte de Brasil expresamos: el clamor de nuestra madre tierra saqueada, el clamor de los migrantes y refugiados llegando cada día, la existencia perenne del clericalismo, el dolor de los pueblos originarios vulnerables que en su mayoría son excluidos y olvidados por los gobiernos locales y nacionales… Seguiremos acogiendo y aportando a estos procesos tan ricos de nuestra Iglesia que necesitan de una profunda renovación.

En la celebración del 25 aniversario de la Beatificación de María Ana

Respondiendo a la invitación de nuestra Familia Carismática convocando a los distintos concursos organizados en torno a la celebración de los 25 años de Beatificación de nuestra Madre Fundadora, motivamos a los grupos de nuestra Área Misionera para la participación. Se animaron el grupo juvenil Vento do Espírito de la Comunidad Divino Espírito Santo, presentando el canto Consagrada ao Amor en portugués y una joven migrante venezolana, Alexandra, con el canto Caminamos contigo en español. Recibimos la gran noticia que el grupo Ventó do Espírito, había sido el ganador del primer premio de cantos en la categoría juvenil. Con gratitud y alegría escogimos una fecha marcada para ir a la comunidad, darles la sorpresa y hacer entrega de su diploma. Coincidió con la llegada a la comunidad de la Virgen Patrona de Brasil, Nossa Senhora Aparecida. Fue significativo y emocionante ver cómo María Ana y nuestro Carisma van siendo queridos. Semanas más tarde lo celebramos juntos cenando en nuestra casa, celebrando la alegría de ser familia.

Continuamos viviendo momentos muy significativos para nuestra Familia Carismática durante el mes de octubre, celebrando la fiesta de nuestro querido San Francisco en la capilla de los hermanos menores Franciscanos con los laicos y laicas de la OFS, Jufra, y otras hermanas de distintas familias religiosas. La Eucaristía y la confraternización en la casa de los frailes fue un verdadero encuentro alegre, festivo y comprometido de Familia Franciscana.

Día de acción de gracias por la Beatificación

El día 6 lo vivimos en acción de gracias por los 25 años de Beatificación de nuestra Madre Fundadora en dos momentos bien marcantes:

El propio día, celebrando la eucaristía con nuestros hermanos Jesuitas y las hermanas Misioneras de la Caridad de la Madre Teresa de Calcuta y nuestros vecinos, pues ellos no podrían estar el día 10, prolongación de nuestra fiesta con los laicos y laicas de nuestra Área Misionera.  Experimentamos cómo Dios nos une desde el Carisma de la Vida Religiosa al servicio de los más empobrecidos.

Y el día 10 celebramos la Eucaristía en nuestra Área Misionera Sao Joao Batista, presidida por nuestro Obispo Don Mario António, quien nos invitó a confiar en la Providencia de Dios y a seguir escuchando los clamores de nuestros hermanos y hermanas, para seguir caminando como hermanas desde la profecía de la justicia y la caridad. Fue una celebración llena de gestos y detalles que llenaron nuestro corazón de gratitud y compromiso. Compartimos en estos dos días de celebración, charlas, alegría, diversidad cultural, pizzas y arepas. Elaboramos camisetas para hacer memoria de esta celebración, como una forma de seguir dando a conocer nuestro Carisma en este tiempo que nos invita a vivir en Sinodalidad.

En otras celebraciones y encuentros

Todo el mes de octubre en Brasil es un tiempo muy significativo, pues se celebra la fiesta de Nossa Senhora de Aparecida, nuestra Patrona. Nosotras en esta sintonía de inculturación y cariño a este pueblo celebramos y participamos de la novena y de la fiesta central el día 12.  Resonaba el dolor de tantas víctimas de la pandemia Covid 19 desde una Iglesia profética que denuncia la injusticia en ese amor tan grande que este pueblo tiene a María.

El día 23 tuvimos en encuentro virtual regional de PJVM con los jóvenes de América Latina, organizado en este mes por nuestra comunidad con el apoyo de las hermanas de Chile y los jóvenes de nuestra área misionera. Nossa vida é missão fue el lema escogido, haciendo eco del mes misionero y desde la vivencia de tantos acontecimientos congregacionales. La presencia del matrimonio joven de asociados de España, Juanjo y Miriam, fue una bendición, pues compartieron su experiencia vital, vocacional, provocaron inquietudes y un compartir en los grupos muy rico.

Cada año nuestra Diócesis de Roraima organiza una formación para nuevos misioneros y misioneras recién llegados. El tema desarrollado los días 25 al 27 fue missão e Sinodalidade, participando nuestra hermana Lidia de la riqueza del encuentro y compartiendo los desafíos de la inculturación en esta tierra y sus clamores.

En el día a día de la misión

En nuestro día a día en la misión y desde la apertura de la frontera no han parado de llegar de Venezuela cada día cientos de hermanos y hermanas en condiciones más vulnerables y extremas. El calor aprieta de más, las historias son dolorosas, Pacaraima y sus calles están llenas de gente, en Boa Vista se abren nuevos campos de refugiados o abrigos, hay muchas personas en la calle, en la Rodoviaria, la xenofobia crece… y nosotras cada día rezamos con María Ana: “Asegura Señor los pasos que he comenzado a dar, que ninguna cosa de este mundo, me haga volver atrás”, renovando  nuestro amor para una escucha y una acogida que hablen en obras de la Caridad Verdadera, aprendiendo a rescatar y dignificar lo mejor del ser humano con tantas personas e Instituciones unidas, aprendiendo a ser hermanas.

Para esto somos enviadas y continuamos siempre en misión: Nuestra hermana Sofía se encuentra trabajando en los abrigos (campos de refugiados) en el área de protección de base comunitaria, acompañando situaciones muy complejas y llenas de ternura. Nuestra hermana Lidia, en la casa de acogida José María Velaz de la Fundación Fe y Alegría como educadora social, acompañando a las familias que se encuentran en proceso de interiorización para viajar a otros estados de Brasil, llenas de esperanza. Y nuestra hermana Yolanda, acompaña en Cáritas situaciones de vulnerabilidad extrema, como Asesora de Protección haciendo vida el Evangelio de los pequeños.

Desde un profundo agradecimiento

Finalmente, queremos agradecer a todas las organizaciones que, durante todo este año, nos han ayudado y han colaborado en nuestra misión. Se hace vida el lema que acompaña a la Iglesia en la Amazonia Ninguém solta a mão de ninguém. Nuestro agradecimiento va de manera especial a: Ladesol, Misión América y Cáritas de Santiago de Compostela en España y a Energía Roraima, Organización Internacional para las Migraciones- OIM, las comunidades de nuestra Área Misionera en Brasil y a tantas personas de bien. Dios bendiga su generosidad y su entrega con los más fragilizados y vulnerables.

Queremos seguir amando y sirviendo con las manos abiertas, los pies ligeros y el corazón pobre y abierto para acoger, proteger, acompañar y orientar en todo lo que podamos, desde nuestro estilo franciscano de humildad y sencillez. Renovamos la audacia misionera que caracterizó a María Ana y a nuestras primeras hermanas…Concepción Dolcet, María Serralas que llegaron a América Latina hace 90 años. Las de la primera, segunda, tercera…y cuarta hora:

Hoje como ontem caminamos contigo

Yolanda, Lidia y Sofía.

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