«Gratitud a Dios, a mi familia y a la Congregación de Franciscanas Misioneras de la Madre del Divino Pastor”
Un 6 de febrero de 1999 tuve la alegría de ser consagrada junto a mi hermana Fabiola Hernández, en la Congregación de las Hermanas Franciscanas Misioneras de la Madre del Divino Pastor. Por lo tanto, cumplo 25 años de vida consagrada, es decir, desde que tuve la gracia de ser alcanzada por Jesús y de hacer de Él mi ideal de vida. Convertirme en hermana FMMDP fue mi respuesta de amor a Dios, por haberme llamado y confiado una misión tan hermosa al estilo de María Ana Mogas.
Al celebrar 25 años, doy gracias a Dios por tantas maravillas realizadas en mi vida y misión en su Reino. De estos años, vividos con intensidad en diversas misiones y comunidades, en Venezuela mi país, Chile, Brasil y ahora en Mozambique, CADA DÍA SE CONSTRUYE Y SE VA TEJIENDO EL FUTURO.
Hacer memoria de este camino y revivir momentos de la vida y, al mismo tiempo, dejar algunos en el camino del olvido. Agradezco a todas las hermanas que han dejado en mí su testimonio y huella de entrega, de escucha a la voluntad de Dios, alegría de Consagrada.
A tantas personas que también forman parte de estos años celebrados, que trabajaron y siguen trabajando, son esa FAMILIA CARISMÁTICA que fortalecen mi consagración. Agradecer a los Religiosos y sacerdotes que celebraron conmigo en la Parroquia San Gabriel en Matola y a la comunidad de Santa Ana donde realizo pastoral, a nuestras hermanas de la Asociación AMAM. Gracias a todos ellos por hacerme presente el Reino.
También hoy estoy agradecida por tantas gracias derramadas durante estos años. No puedo dejar de agradecer a mi familia de sangre, por lo que soy y por la inserción en la fe y la educación y apoyo que me han dado.
Una vida de entrega que me enseña a abrir mis horizontes para aprender de los demás y, en este círculo, crecer hacia el amado de mi vida. Y reflexiono sobre la frase del Salmo 8 que dice: «Qué es el hombre, Señor, ¿para tratarlo y cuidarlo con tanto cariño?»
Pedirles que sigan orando por mí, por mi perseverancia. Gratitud a todos, ante el amor de Dios, de su Hijo Jesucristo y de Nuestra Madre del Divino Pastor. Puedo decir como en aquel día “EN TI SENOR NADA ME FALTA”. Paz y Bien.
Alegra-nos e louvamos o Senhor pelo teu testemunho de entrega em AMOR E SACRIFÍCIO. Um abraço de cada uma de nós
Dios te bendiga Lidia en todo momento.
eres una hermosa persona para la humanidad.
que María,nuestra Madre guíe tus pasos hacia el querer de Dios y su voluntad.