Bajo el lema “Cuenta lo que has visto y oído”, el próximo domingo 24 de octubre se celebra la Jornada universal del DOMUND.
Se celebra cada año en todo el mundo, el penúltimo domingo de octubre, para apoyar a los misioneros en su labor evangelizadora, desarrollada entre los más pobres.
El DOMUND es una llamada a la responsabilidad de todos los cristianos en la evangelización. Es el día en que la Iglesia lanza una especial invitación a amar y apoyar la causa misionera, ayudando a los misioneros.
Los misioneros dan a conocer a todos el mensaje de Jesús, especialmente en aquellos lugares del mundo donde el Evangelio está en sus comienzos y la Iglesia aún no está asentada.
Las necesidades en la misión son muchas. Mediante el DOMUND, la Iglesia trata de cubrir esas carencias y ayudar a los más desfavorecidos a través de los misioneros, con proyectos pastorales, sociales y educativos.
LEMA
- “CUENTA…”. La Buena Noticia que has experimentado no es para ser guardada: la vida de Cristo provoca un agradecimiento y una alegría que no se pueden contener. Tu testimonio de cómo el Señor ha tocado tu corazón es importante también para otros. ¡Compártelo!
- “… LO QUE HAS VISTO Y OÍDO”. La fe te ha entrado por el oído: una vez fueron tus padres, sacerdotes, catequistas, profesores, amigos… quienes te hablaron de Dios. Luego tú has ido conociendo “en carne propia” la fuerza de su amor. Y también has visto y oído el testimonio de los misioneros: su ejemplo de entrega ha sacudido tu compromiso bautismal de ser apóstol generoso y alegre del Evangelio.
CARTEL
- EL OJO. ¿Qué has visto tú en Cristo, en su actitud hacia ti, hacia los más frágiles, hacia toda la humanidad? Y Él, ¿a qué te ha abierto los ojos? Una mirada limpia nos hace capaces de ver la belleza del bien y de contemplar el amor de Dios actuando en tantos misioneros que expresan en sus obras la misericordia del Señor.
- LA OREJA. Dios habla de muchas maneras, y somos testigos de que su Palabra es transformadora. Si escuchar esa Palabra te ha llevado del “nada va a cambiar” al “las cosas pueden ser diferentes”, si cada vez que has oído el testimonio de un misionero te ha hecho vibrar, tú también estás llamado a ser misionero/a de esperanza.
- LA BOCA. Ahora cuenta lo que Jesús ha hecho contigo. Hazlo con tu alegría, tus palabras, tus gestos, tu ayuda a los misioneros y a las Iglesias nacientes. Lleva la Buena Noticia a un mundo saturado de malas noticias; haz resonar la Palabra que colma de sentido en medio de tantas palabras huecas.
- Y… LA NARIZ. Deja que tu “olfato católico misionero” te ayude a encontrar modos de comunicar el bien, desde tu entorno más cercano, hasta el confín de la tierra.