Culminando mi etapa de Noviciado, no me queda más que agradecer de corazón por el tiempo vivido y por la llamada constante del Señor a entregar mi vida en su servicio para la construcción de su Reino.

Es por eso que doy un paso más en mi entrega dando mi SI al Señor dentro del Instituto, un sí unido a la certeza de saberme acompañada. Como el camino no lo he hecho sola, quiero invitaros a celebrar conmigo este día especial de mi profesión temporal.
Me llena de gozo contar con vuestra oración y presencia.