El acto se incluye en el programa de celebración del centenario del centro

El Colegio Divina Pastora ha celebrado un homenaje a la comunidad educativa que ha pasado por él a lo largo de sus cien años en Córdoba. El centro se encuentra este año inmerso en la conmemoración de su centenario, para lo que ha ideado un programa que se cerrará el 14 de diciembre con una procesión de la Virgen a la Catedral.

La apertura del acto corrió a cargo de la directora del colegio, Adriana Jiménez, que describió el encuentro como un agradecimiento a toda la comunidad educativa y a Dios “por ayudarnos a valorar lo que tenemos y a poner toda nuestra esperanza en el futuro”, a la vez que recordó que “esta celebración no tendría sentido sin María Ana Mogas, origen y protagonista de nuestro centenario”.

La presidenta del Patronato de la Fundación Educativa Ana Mogas -a la que pertenece el centro-, Guadalupe Labrador, señaló que “el colegio es una casa, formada por una gran familia”, e hizo alusión a la parábola de la casa construida sobre roca al recordar a las seis primeras hermanas que, en el barrio de la Fuensanta, en el año 1919, fundaron una institución educativa sobre una casa «pequeña, pobre, pero con cimientos firmes».

Según dijo, “el carisma de María Ana sería la roca firme sobre la cual construir esta casa”. Un siglo después, “estamos aquí para reconocer a las personas que han construido y siguen construyendo el colegio, su identidad y servicio: profesores, religiosas y padres», apuntó.

Además, al finalizar su intervención, Guadalupe Labrador recibió de manos del director de la Fundación Franciscanas Ana Mogas y exdirector del colegio, Juan Joaquín Almirón, un centro de flores como reconocimiento a sus 50 años de consagración a las Franciscanas Misioneras de la Madre del Divino Pastor.

Por su parte, Andrés Criado, presidente saliente de la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA), agradeció al centro el haberlo elegido para representar a todos los padres que han formado el AMPA desde su fundación. “Han sido muchas las personas que hemos desempeñado este cargo, pero todas hemos tenido un objetivo común; mejorar la calidad de la enseñanza y comprometernos en la educación de nuestros hijos”, aseguró.

También destacó que una de las mayores satisfacciones personales que ha tenido durante su paso por la Divina Pastora ha sido trabajar con las religiosas, «siempre dispuestas y colaboradoras».

En este sentido, uno de los momentos más emocionantes fue su recuerdo a la Madre Ángeles Alonso, religiosa franciscana fallecida recientemente cuya «cercanía, humildad y servicio a la congregación y al centro ha dejado una huella imborrable en cada uno de los miembros de la comunidad educativa».

En este acto también intervino María José Poyato, antigua alumna y maestra jubilada, que rememoró la ilusión con la que ha trabajado siempre en el colegio, los claustros de profesores y religiosas, las convivencias y las fiestas. Además, hizo referencia a «la alegría y el orgullo que representa para el colegio que muchas de sus antiguas alumnas sean ahora profesoras del centro, por el que han pasado varias generaciones de familias».

La última de las intervenciones corrió a cargo de Juan Joaquín Almirón que, como representante de los directores que han pasado por la Divina Pastora, destacó de todos ellos «el servicio a la institución a la que se quiere y la misión común» de continuar la línea de María Ana Mogas.

En ese sentido, agregó que «hay que adaptarse a la sociedad, a los nuevos retos, pero nunca se puede renunciar a la misión; hay que ser firmes en la fe para no perder la esencia y lo que nos hace fuertes, aunque cambie todo”.

Almirón reconoció el trabajo de directores, profesores, Servicio de Personal de Administración y Servicios (PAS) y religiosas “que han dado todo por su colegio, que han demostrado lo que supone ser maestro de la Divina Pastora; sin vosotros, nada hubiera sido igual”.

Para finalizar su discurso, agradeció a las hermanas su «generosidad desmedida, siempre respetuosas, buenas consejeras y dispuestas a ayudar» y recordó emocionado a las religiosas Madre Juana y Madre Ángeles. A esta última se dirigió para concluir: “no hay mejor homenaje que recordarte, seguro que hoy estarás disfrutando desde el cielo con tu colegio”.

El acto acabó con la imposición de la insignia del centro a todas las personas presentes que han formado parte de los diferentes colectivos a los que se homenajeaba, a lo que siguió una actuación de la Escolanía Divina Pastora, que cantó el himno creado para el centenario por su directora, María del Carmen González.

Publicado en El Día de Córdoba